Uber Eats se encuentra en conversaciones para comprar Deliveroo, una de las joyas del emprendimiento londinense valorada en $2B, y consolidar su apuesta clave en la distribución de última milla al entrar de golpe en más de 200 ciudades europeas.
En España los números de la deseada impresionan: 2000 restaurantes en 19 ciudades, 100 empleados fijos y 1000 repartidores autónomos.
Y es que si alguien tenía dudas, vivimos en la sociedad de la inmediatez y cada segundo cuenta. La entrega rápida es vital en la economía digital en la que nos adentramos, pudiendo resultar un soplo de aire fresco para los comercios locales. Según la propia Deliveroo, sus restaurantes incrementan los ingresos por encima del 30% gracias a estos nuevos modelos comerciales.
Pero este no será un camino sencillo, y como en otros tipos de plataformas colaborativas, la regulación no juega a su favor. ¿Son los riders empleados legales, o aciertan las primeras sentencias que califican a algunos como falsos autónomos? ¿Son viables nuevos modelos de restauración, en donde particulares cocinan en sus casas y cobran por el servicio fuera del circuito de sanidad, fiscalidad y consumo?
Habrá que seguir la evolución a largo plazo. A corto, la cena espera. #negociosDigitales
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