Muchas son las promesas -y elucubraciones- que rodean a blockchain, pero tendencias como las ICO o Initial Coin Offerings me llaman poderosamente la atención en el ámbito de los servicios financieros.
Resumiéndolo mucho, podríamos decir que son un nuevo modelo de financiación corporativa basada en criptomonedas, a medio camino entre el crowdfunding y una salida a Bolsa. Una alternativa interesante para ciertas startups, sin duda: en el Q1 de 2017 se cerraron 19 ICO por $21M; solo en el Q4 del mismo año la cifra ascendió a 500 ICO y $3B financiados. Aunque más allá de impactantes cifras como estas, genera inquietud el temor de reguladores y otros actores financieros sobre la seguridad y volatilidad de este tipo de financiaciones digitales.
Desconozco si será una fórmula exitosa o no a futuro, pero lo que sí tengo claro es que antes de dar cualquier paso hay que entender muy bien este tipo de vehículos de financiación y los nuevos escenarios que generan.
Los VC sacan los dientes; las plataformas globales como Google y Twitter prohíben los anuncios relacionados con criptomonedas; los reguladores como el de Reino Unido lanza consultas públicas para reglamentarlo… ¿Burbuja peligrosa o nueva tendencia a adoptar? Que hable el mercado. #negociosDigitales
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