Esta mañana he escuchado un anuncio en la radio en donde se hablaba de códigos bidi, cadenas de bloques y pollos tokenizados. Confirmado, esto del blockchain y la sociedad del marketing se nos está yendo de las manos.
No me malinterpretéis. El caso de uso de la trazabilidad alimentaria me parece muy interesante, y la tecnología subyacente aún más. Pero, ¿es la mejor manera de comunicarlo? Porque además del evidente beneficio reputacional por estar a la última, no entiendo la acción comercial. ¿Estamos obsesionándonos (otra vez) con la tecnología, olvidando que es un medio y no un fin en sí misma?
No obstante, pocas tecnologías hay más prometedoras que blockchain, y aunque todavía no podemos considerarla una tecnología madura y faltan estándares ganadores, nuestro ritmo de innovación no debe frenarse, explorando oportunidades con prudencia:
– A corto plazo, buscando casos de uso más sencillos en donde el principal valor estará en el ahorro de costes, no tanto en nuevos modelos de negocio transformacionales.
– A largo plazo, pensando en nuevas oportunidades como las intersectoriales, y pensando en otros frentes más allá de la pura desintermediación.
– Y siempre, disfrutando de diseñar el futuro con una tecnología tan prometedora 😉
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